viernes, 16 de septiembre de 2011

Tormenta.

He pasado semanas dominada por la inercia, he recuperado sensaciones, olores y ternuras intentando no convertirlas en recuerdos prematuramente, he tenido una pesadilla con tortugas mutantes surgidas de cáscaras de nuez...

Y en medio del " lo sabía" por las cosas que he planeado hacer y no he hecho, deseé que con la tormenta lloviera a cántaros y me sacudiera el calor y la desidia.
Y las cuatro gotas mal caídas dejaron la certeza de que el tiempo está cambiando, y el bochorno pegajoso en la piel y el nacimiento del pelo.

Sin embargo, de pronto, la luz tan clara de los rayos justo encima me recordó el brillo húmedo y como de luna de tu cuerpo sobre la cama.

Ya ( casi ) estás aquí, de nuevo.

lunes, 30 de mayo de 2011

Mujer ( asturiana ) que admiro.

Diría que hay una mujer como la que describo en casi cada familia, que cada lect@r de esta entrada puede verla reflejada con tan sólo sustituir los detalles más concretos.
Y que la Historia que las conforma a todas ellas no las hace menos únicas.

Huérfana de una madre a la que no recuerda, hijastra de una mujer "buena" pero que no fue capaz de encontrar su sitio, hija de un padre cariñoso a su manera al que nunca se sintió con derecho a pedir "protección" frente a los otros hijos, hermana pequeña de siete hombres que solían verla como una sirvienta, viuda a los 60 de un carpintero que le dio verdadero cariño ( y el pelo rubio a mi tía)...

Con ella aprendí que la educación no tiene nada que ver con los libros ( dejó la escuela a los nueve, y silabea en voz alta para comprender lo que lee, pero sabe estar en todas partes ), que la vida no es cuestión de blanco o negro, y que la Historia habla de quienes la crean, la combaten o la modifican, pero nunca de quienes " simplemente" bastante tienen con vivirla.
En ella ( y en lo que recuerdo de mi abuelo ) veo los mimbres con los que está hecha mi madre.

Los años la tienen algo menguada y frágil.
Pero para mí es GRANDE porque nunca la he visto ceder ante el rencor, a pesar de las perrerías de ambos bandos, de las privaciones, de los tiempos que le tocó vivir, del yerno maltratador al que jamás le negó hablar por teléfono con sus nietos, de la droga que la privó por un tiempo de uno de ellos, de las envidias ajenas...

Daría lo que fuera porque no hubiera tenido que pasar por nada de eso, porque estoy convencida de que todas esas experiencias no la hicieron como ella es: si acaso, matizaron un poco todo el amor que hay en ella.

El viernes pasado mi abuela cumplió 90 años.
No sé si la naturalidad con la que parece vivir su deteriorio ( aceptar ayuda para ducharse, o para abrocharse el pantalón en el baño) es otro gesto más de amor hacia nosotros o fruto de una cierta inconsciencia.
Pero le pone una media sonrisa, y una placidez que, al mirarla, por momentos me parece mentira que haya pasado por tanto, y es como si no lo hubiera sufrido.

viernes, 29 de abril de 2011

El mejor de los planes.

Catorce días para que venga.
Catorce días para fijar su mirada y derretirme con la ternura de su sonrisa.
Ya hay un par de planes hechos para aprovechar los días.
Le he dicho que deberíamos anotarlos, más que nada para luego, con el tiempo, releerlos y decir " sí, aquí acabamos por no ir, ese día no salimos de la cama; ah,y aquí, no, aquí tampoco fuimos...".
Se ríe y no me hace caso.
A mí me gustaría llevarla a ese cámping, recorrer con ella de la mano esa ruta costera, cenar en esa sidrería de Gijón y tomarnos unas copas en ese café-pub de chicas también en Gijón que tanto me gusta y tanto echo de menos en Oviedo, quedar con mi amigo gay a tomar un carajillo...
Pero estará aquí apenas once días, y pasan muy rápido, y yo sólo puedo librar cinco, y no mostrarle alguno de los sitios en los que soy feliz me da cierta rabia, pero perderme un sólo segundo de sentir su cuerpo pegado al mío me duele, así que veremos dónde quedan los planes.
Mejor voy comprando una libreta.

jueves, 7 de abril de 2011

Pasa, entra.

Quien menos te imaginas.
Cuando menos te lo esperas...
Aparece "Ella", no la que espiabas desde lejos , sino una con la mirada y la sonrisa y los besos pegados a ti ( aunque también esté lejos ), esperando que tu corazón alcance el suyo, instalándose en tu ternura y en tu forma de ir queriéndola.

Quien menos te imaginas.
Cuando menos te lo esperas...

sábado, 12 de febrero de 2011

VI.

De un plumazo,
eliminando azules en el cielo,
otra vez el atardecer
blanquecino
del sol en invierno.


lunes, 7 de febrero de 2011

Una coca-cola y unos triskis.

Antes de que endurecieran las normas de seguridad y nos obligaran a pasar el filtro cada vez, solía ir con cierta asiduidad a por suministros a la máquina de vending que tan primorosamente mantiene una de las compañías aéreas.
Para ello tenía que salir al patio de carrillos ( zona donde se manejan y transportan los equipajes) y caminar apenas unos quince metros hasta la oficina.
Las primeras veces tenía su puntito ver la trastienda, algún avión desplazándose por la pista, incluso encontrarse con un cassette ochentero de esos rectangulares que bien podrían ser un arma de destrucción masiva, y en el que uno de los trabajadores de rampa ponía a todo trapo música celta.

Lo que me sigue recargando un montón las pilas hoy en día, es el contraste entre la luz artificial del patio y el cielo abierto en la pista, entre el calor de la terminal y el aire fresco ( en el mejor de los casos) que no tiene recoveco donde esconderse, entre el trabajo en la oficina y las cientos de historias que podrían contar los pasajeros...

Con la nueva normativa, la operación que antes no superaba cinco minutos ( eso siempre que charlara brevemente con la gente de la compañía) no se demora mucho más pero sí supone un engorro tener que vaciar los bolsillos y descalzarme para ir a por una coca cola y unos trikis.
Así que ya casi no voy.

Quizás por eso esta mañana me apoyé en la pared un buen rato mirando hacia la pista, disfrutando de los cambios de luz, del verde que rodea las pistas, del aire limpio que olía intensamente a mar ( el Cantábrico está casi casi pegado al aeropuerto; la entrada y salida de Asturias por aire bien merece enfrentarse al miedo y asomarse a la ventanilla).

No lo sabe...

... pero hemos terminado.
En realidad, yo he terminado.
Bueno, vale: no había nada que terminar.

He comprobado que mi capacidad para convertir un " alegramiento de pestaña" en fantasía que entorpece no tiene límite, como tampoco lo tiene mi talento para escoger cada vez peor con quién fantaseo.

Así que, después de alguna que otra bronca de una amiga, y envalentonada por... la verdad que no sé por qué, di los pasos necesarios para averiguar sin tener que exponerme.
Y resulta que, sin hablar más que con su actitud, ha dejado claro que no tiene el más mínimo interés en mantener contacto conmigo fuera el trabajo.

- Ella se lo pierde - me digo a mí misma.
- Sí por los coj... ¡ me lo pierdo yo! - se dice a sí misma mi otra parte...

Pero lo llevo bien, ¿eh?.
Yo paso.
No me he fijado si quiera en que ha escogido mal el color de las medias, ni en el recogido tan favorecedor que se ha hecho, ni en la forma como vestido se le curvaba un poco por detrás, ni...