lunes, 24 de mayo de 2010

EN GUARDIA


Me da miedo el cajero súper amable de Mercadona.
Saluda no solo al cliente que debe atender en cada momento, sino a todos los que vienen detrás, con un entusiasmo que no puede ser real;sonríe solo con los labios mostrando una dentadura como de hiena...
Dice “¿¿Qué tal??” en lugar de “ Hola” o “Buenos días”, pregunta en cuántas bolsas quieres que te distribuya la compra ( creo que es la pregunta más surrealista que me han hecho en un súpermercado), te avisa a tiempo de evitar que se te ensucie la chaqueta con polvo que ha quedado por la cinta de la caja y parece que le haya tocado el Gordo si le pagas con el dinero justo (sobre todo si hay céntimos de por medio).
Le he visto mantener esa actitud ( y esa sonrisa) aún cuando, estando su caja abarrotada, dos compañeras le han dado, de malos modos y a voz en grito , órdenes totalmente contradictorias.
Acabo de caer en la cuenta de dónde reside este temor: esa calvicie, ese entusiasmo desaforado y esa sonrisa de hiena son iguales que las de José Luis Moreno....

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hace años compraba en un supermercado cuyas cajeras salían de un casting de mala leche, día tras día esperaba un atisbo de amabilidad, una sonrisa pero nunca lo ví , excepto un día q delante de mi, un chaval con sindrome de dawn intentaba sin exito entregarle el importe exacto, cuanto más tardaba más nervioso se ponía , temi por la reacción de ella pero para mi asombro y el del resto de "conocidos" de la cajera, le sonrió y con dulzura le fue cogiendo una a una las monedas mientras le iba explicando el importe,nadie protestó por el tiempo q se tomaba al hacerlo y desde ese día tuvo mi admiración
Besos cabrones
Pilar

Vane. dijo...

Lo cierto es que la gente siempre siempre te sorprende, muchas veces para bien :).
Bs.